Tres de la mañana, del día 7 de Julio de 2011, y junto con mi mujer salgo de viaje hacia Pamplona, lleno de ilusión y con ganas de vivir algo, que he visto muchas veces por televisión,y algunas otras que me han contado. Después de un viaje tranquilo, en el que hicimos varias paradas, para desayunar, reponer gasolina, ó comer, destaco la parada que hicimos en Bejar ( Salamanca ) donde visitamos su plaza de toros, apodada la ancianita, ya que obstenta el titulo de la más antígua de España, llegamos a Pamplona a las dos y media de la tarde.
Rapidamente después de soltar las maletas, ducha y ropa blanca con pañuelo rojo, y a la calle, a vivir la magia de una ciudad, en la que comen, beben, cantan y bailan como cosacos, pero donde respetan al toro,más que en nigún otro sitio, ya que éste es el verdadero protagonista de la fiesta, y es hermoso ver, como una ciudad entera gira en torno al toro de lidia, las 24 horas del día.
Asistimos a encierros, tanto en la calle Estafeta, como dentro de la imponente plaza pamplonica, estuvimos en el apartado,en los corrales del gas, y vimos la corrida del día del Santo Patrón, además de vivir la entrada y salida de las peñas y todo lo que ofrece San Fermín durante 8 largos días
También quiero destacar, la educación y respeto del pueblo pamplonés, donde no miran al visitante forastero por encima del hombro, sino que te cojen de él y te meten en su ambiete.
En fín una experiencia que nunca olvidaré y que posiblemente repita algún 7 de Julio de no sé que año.
PEPE GALAN
